Comenzando el día con buen pie [Arianne]

Esa mañana me levante bastante pronto en comparación con los demás días. Después de un rápido desayuno en la cafetería del hotel subí de nuevo a la habitación. Mientras desayunaba comencé a planear mi día en Abbotsford. Al parecer hacía bastante bueno, pues los pocos pueblerinos que estaban por el pueblo iban bastante frescos de ropa.

Cuando volví a mi habitación fui derecho al armario y cogí el primer bañador que pillé, uno negro, para variar. Cogí mi toalla, que estaba en el respaldo de la silla del escritorio y salí de la habitación tras coger la tarjeta-llave.

Me monté en el ascensor y subí hasta la azotea, cuando salí al aire libre un viento fresco pero agradable me envolvió. No había nadie allí arriba, algo que en ese momento apreciaba. Dejé la toalla sobre una hamaca y sobre esta, la tarjeta.

Me quité las chanclas y me tire de cabeza a la piscina, sintiendo como mi cuerpo entraba en la fría agua. Buceé con la inercia del salto un rato, después salí a coger aire y tras un buen rato apoyado en el filo de la piscina, mirando como el sol iba saliendo a lo lejos, bañando al pueblo con sus fuertes rayos, me puse a nadar de nuevo, esta vez haciendo largos.

Aquella mañana me había levantado temprano, había andado alrededor del hotel dando un paseo y había desayunado en la cafetería del hotel.
Aun no había visto a ninguno del grupo esa mañana, pero era temprano y supuse que la mayoría aun ni se habría levantado. Subí a mi habitación y cogi la bolsa con las compras del día anterior, al encontrar el bikini naranja nuevo se me ocurrió la idea de estrenarlo en la piscina del hotel. Tras 20 minutos ya estaba cambiada y con una bolsa preparada para subir hasta la azotea y relajarme un rato en la piscina.
Subí por las escaleras hasta la azotea sintiendo una leve brisa que me haría pensar si meterme en la piscina finalmente o simplemente tumbarme en una de las hamacas.
Mi sorpresa fue ver una melena que sobresalía del borde de la piscina vuelto de espaldas, Samuel. Recordé que había pasado las ultimas veces que habíamos coincido solos o lo habíamos propiciado. Deje mi bolsa en una de las hamacas y me dirigí al borde de la piscina donde él se encontraba; cuando llegué me agaché a su lado y me senté en el bordillo.
-¿Esta muy fría?

Seguí nadando un rato más, hasta que me aburrí y volví a apoyarme en el borde de la piscina. Apoyé mis brazos y encima de estos mi cabeza, descansando la cabeza. Oí como la puerta de la azotea se abría para cerrarse de nuevo, y también hoy unos tímidos pasos. Ni me moleste en mirar quien era, pues seguramente seria algún otro turista del hotel y no uno de mis compañeros, seguramente estarían durmiendo.

Escuché una voz cerca de mi, era Arianne. De golpe recordé la ultima noche que había pasado con ella, es decir, la ultima vez que había estado con ella a solas. Mi cuerpo también lo recordó. Solté un suspiro, silencioso, no quería que se enterara. Me gire, pegando mi cuerpo todo lo posible al borde de la piscina para que no viera nada, aunque el agua hacia su trabajo.

Me giré para mirarla y para responder a su pregunta. -Al principio un poco, luego todo perfecto-Le contesté amable y con una media sonrisa. Mientras intentaba que mi mirada se centrara en sus ojos y no en otra parte de su cuerpo, que estaba bastante descubierto debido al bikini.

Cuando le hablé a Sam, el cual aun no se había dado cuenta de mi presencia, se giro y se apoyo en el borde de la piscina y me miró para responderme que al principio estaba un poco fría pero luego estaba bien; le sonreí en respuesta a su sonrisa, era una media sonrisa, pero me gustaba mucho, era muy atractiva, como él.... me senté en el borde de la piscina metiendo solo los pies y medias piernas, y sentí un pequeño escalofrío.
-Bueno, no se yo.. no me atrevo aun..
Dije medio riendo.

-¿Que te ha parecido Abbotsford? ¿Te sientes desilusionado?
Comenté para ver que reacción había causado en el mi pequeño pueblecito natal, ya uno de mis amigos me había dicho que echaba de menos la gran ciudad, y es que era un gran cambio.. me sentiría fatal si al final para todos había sido un mal trago estar allí en vez de que se lo pasaran bien. Me quedé algo pensativa mientras esperaba su respuesta y jugaba con el agua con mis piesesitos haciendo pequeñas olas.

No podía quitarme de la cabeza las imágenes de la ultima vez que estuve así con ella, además el hecho de que la única ropa que ella llevaba se reduciera a un simple bikini naranja no ayudaba mucho a dejar esas ideas atrás. Me moví un poco hacia ella, salpicando sus piernas un poco con agua mientras sonreía más ampliamente.-Venga Ari, no seas cagada.-La piqué para que se metiera al agua, al menos así no tendría que ver su cuerpo semi desnudo.

Preguntó sobre mi opinión acerca del pueblo.-Está muy bien, y por las juergas que nos corremos todas las noches, diría que todos están encantados.-Comenté.La verdad era que me había alegrado volver ahí, había cambiado un poco el pueblo, pero no mucho. Aun así, la forma de verlo cuando tenia 12 años a ahora a lo mejor había cambiado un poco. Me quedé mirándola un rato, sin ser capaz de apartar la vista de sus piernas, y pensar que la conocía desde pequeño. Tenía el recuerdo de quererla como una hermana, pero ahora todo era diferente. Yo era diferente.

Mientras aun pensaba si meterme o no Samuel me empezó a echar agua en las piernas mientras él sonreía ampliamente, como el ya estaba mojado no sentía lo fría que estaba el agua de primera, le dediqué una mirada entrecerrando lo ojos cuando me dijo cagada.
-No soy cagada...
Dije escurriéndome un poco hacía abajo, pero sin meterme aún, le mire para escuchar su respuesta sobre el pueblo, la cual fue positiva, incluso comentó que todos parecían encantados, bueno Agnés piensa que debería haber más tiendas de diseñadores de alta costura y que no sobrevivirá simplemente con una, dije haciendo una mueca pensando en la conversación que había tenido con Agnés el día anterior.. y Liam como siempre como Alex quejándose de que faltan chicas.. me encogí de hombros y negué con la cabeza. Noté a Samuel pensando en lo suyo, nisiquiera sabia si había escuchado lo ultimo que le dije, lo observé unos segundos viendo como el pelo mojado le caía sobre la cara, baje la mirada y vi su cuerpo a través del agua cristalina de la piscina volviendo a las mismas imágenes de antes. Subí mi mirada de nuevo y sonreí maliciosamente, al estar distraído pensé en hacerle una jugarreta y apoye mis manos en sus hombros para dejarme caer en el agua sobre él y hundirle.

Seguía pensando en lo mio, haciendo caso a lo que Arianne decía pero sin prestarle mucha atención. De golpe sentí como me agarraba de los hombros e intentaba hundirme con su peso. Evidentemente no lo iba a conseguir, pero era una buena forma de hacer que ella misma se mojara. Me hundí hacia abajo, agarrándola por la cintura y bajándola conmigo.

Una vez ella estuvo dentro del agua la pegué contra mi para que no pudiera salir a la superficie y así lo pasara un poco mal por hacer lo que hizo. Después salí a yo fuera, sacándola también a ella. Manteniendola aun agarrada a mi, sin ser consciente de como estaba mi cuerpo, y como había reaccionado a mis recuerdos y a que ella estuviera semi desnuda. Me quedé mirándola, esperando ver su reacción, pues estaba segura de que lo había notado desde el primer momento en el que la pegué contra mi.

Cuando me tiré encima de Samuel a penas conseguí hundirlo ni un centímetro, lo que me hizo poner cara de rabia; No me dio tiempo a reaccionar de nuevo cuando él ya tiraba de mí hacía abajo agarrandome de la cintura y bajándome con él, sentí un escalofrío al estar dentro del agua, no parecía que me pudiera acostumbrar a esa temperatura o quizás si, sentí subir la temperatura cuando Samuel me pegó contra él y sentí la reacción de su cuerpo al estar tan cerca del mío, lo que me hizo empezar a excitarme ligeramente.
Subí la mirada para ver su cara y nuestras miradas se cruzaron y nos quedamos así un par de segundos, creo que ambos nos intentábamos contener sin mucho éxito, ya que para cuando me quise dar cuenta nuestros labios casi se estaban rozando y mi respiración soltó un pequeño suspiro ahogado sin darme cuenta.

Sentí como cada vez estábamos más cerca, agarre su cintura con más fuerza, pegándola mucho más a mi cuando sentí como nuestros labios se juntaban. Me acerque al borde de la piscina, apoyando su espalda contra la pared de esta, arrincone su cuerpo con el mio y besé sus labios con fiereza, abriéndome paso en su boca con mi lengua de forma salvaje, mientras una de mis manos se esforzaba en soltar su bikini.

No entendía por que me comportaba así con Arianne, la veía como una amiga más, solo que cuando estábamos a solas su cuerpo me atraía de una tan forma sexual que me sorprendía a mi mismo. Jamás me había sentido así con una chica, y no hacía más que sorprenderme como mi cuerpo reaccionaba ante eso. Era extraño que solo fuera capaz de contenerme si había más gente con nosotros, que ni siquiera pensaba en ella de esa forma.

Sentí con mayor precisión su excitación cuando me agarró de la cintura con más fuerza juntándome más a él justo cuando nuestros labios también lo hacían; sentí la fría pared de la piscina cuando Sam apoyo mi espalda contra ella arrinconándome entre esta y su cuerpo, empezó a besarme con fiereza y le correspondí del mismo modo entreabriendo mis labios para dejar paso a su lengua, la cual jugaba con la mía dentro de mi boca ferozmente.
Noté sus manos intentando soltar mi bikini el cual ayude a soltar para después rodear su cuerpo con mis manos e ir subiéndolas poco a poco por su espalda hasta su nuca para acariciarla.
sin pensar que había vuelto a caer ante la atracción que sentía por Samuel; era solo atracción ya que era mi amigo, un amigo como los demás, pero cuando estábamos a solas era casi inevitable que no ocurriera nada aunque los dos a intentemos reprimirnos.

Por fin conseguí soltar la fina cuerda de su bikini naranja, de la parte de arriba. Pasé una de mis manos hacia delante, cubriendo uno de sus pechos con mi cálida mano. Con la otra sujetaba su cuerpo por el trasero, mientras rozaba mi entrepierna contra la suya.
Mi boca se dedicaba a mordisquear su cuello, torturándolo con mis dientes.

La mano que agarraba su trasero se deslizó hacia delante, comenzando a acariciar su entrepierna por encima del traje de baño. Después de un rato así pasé mi mano al interior de la ropa, acariciando, esta vez, su cuerpo sin ninguna tela por medio. Acaricié tu clitoris despacio, dando suaves masajes en la zona.

La mano que cubría su pecho acariciaba uno de sus pezones, excitandolo cada vez más, deslicé mi boca por su cuello hasta llegar al otro pecho, el cual besé suavemente hasta llegar a su pezón, me lo metí en la boca y jugué con mi lengua alrededor de él.