Sonreí por el gesto de Liam al mover la cejas con cierta diversión a la vez que me decía que quizás entonces debería ser un chico malo a lo que yo respondí con una sonrisa traviesa y picarona.
-Prueba...
Murmuré cuando aun tenía su rostro frente al mío y antes de deshacerme por completo de su pantalón. Rodee su espalda con mis brazos mientras él bajaba las tirantas de mi sujetador para dejar mis pechos al descubierto y empezar a lamerlos, esa acción propicio que empezara a respirar de manera profunda y entrecortada. Recorrió mi espalda con sus manos hasta dar con el cierre del sujetador desabrochándolo y luego terminar de quitármelo con los dientes y dejarlo a un lado; después de esta hazaña volvió acercar sus labios a uno de mis pechos, para jugar con uno de mis pezones, el cual reacciono ante el estimulo excitándose notablemente, al igual que el otro cuando repitió la misma acción, mientras yo subía mis manos por su espalda haciendo presión con la yema de los dedos en ella, para luego llegar a su cabello y revolverlo enterrando mis dedos en él. Mis piernas rodearon su cintura y el contacto entre nuestros cuerpos fue más profundo, la voz de Liam resonó en mi cabeza en esos momentos comentando que deberíamos pasar más ratos como ese, ya que es cuando mejor nos llevábamos.
-Ya veremos, depende de como te portes...
Dije intentando que la frase no sonora entrecortada por mi respiración en vano, la verdad es que Liam me estaba haciendo sentir mucho más que otros chicos, sin saber la razón exacta, quizás porque nuestra tirantes, el que no nos lleváramos bien del todo, lo hacía todo más interesante, por supuesto quería que esto se repitiese, pero démosle tiempo al tiempo.
Él continuo besando mis pechos y bajando por mi abdomen, haciendo un recorriendo con sus labios, lo que me produjo un cosquilleo, terminando en mi ombligo, el cual besó.
Después de eso baje mis manos para tomar su rostro entre ellas y ponerlo de nuevo frente a mí, lo acerqué a mi rostro y rocé sus labios con los míos para luego mordisquearlos sin hacerle daño, deje de juguetear con sus labios cuando sentí como empezaba a rozar su sexo contra el mío, aumentando mi excitación a pesar de tener aun ropa interior, la cual en esos momentos se antojaban incomodas, mientras soltaba su rostro para que el mismo lo dirigiera a mi cuello para jugar con él, yo subí mis caderas apretándolas contra las suyas intensificando el contacto entre ambos, haciendo que mi respiración fuera aún más sonora.