One More Time (Emma)

Llegué a Abbotsford por la mañana y enseguida fui a buscar un hotel, restifico, fuí a buscar el único hotel del pueblo, me imaginaba algo muy discreto y humilde; pero para mi sorpresa el hotel de Abbotsford contaba con todas las comodidades necesarias para ser un lujoso hotel, me gusto mucho y me fuí contenta a mi habitación, no era un suite porque ya no quedaban, pero era bastante amplia y luminosa.
Descanse un poco y por la tarde fui a nadar a la piscina, fuí a cenar al restaurante del hotel y me subí para ducharme y preparme, la noche de Abbotsfor empezaba, y había escuchado que había una discoteca en el pueblo donde todos los jovenes se reunian los fines de semana, era una suerte haber llegado al menos un viernes.
Quería saber si ese pueblo podría llegar a interesarme de verdad o si al día siguiente tendría que marcharme desilucionada.
Me vesti con una minifalda ajustada, un top palabra de honor y unos tacones, cogí un bolso y me dispuse a salir del hotel cuando llegó mi taxi.
Minutos después ya estaba en la puerta de Crimson, entre co decisión y me acerqué a la barra, pedí un jack Daniel´s y espere, espere para ver si encontraba a mi chico o chica interesante de la la noche, alguien que me desmotrara lo divertido que podria ser Abbotsford.

Estaba en frente del gran espejo de madera que hay en mi cuarto, observándome, analizando cada parte de mi cuerpo y cara con minuciosidad. Sicilia, mi gata blanca de ojos azules, que pronto cumplirá seis años, está tumbada en la cama entre dos cogines color crema, a modo de decoració, y me sigue atentamente con la mirada, expectante por ver cual será mi próximo movimiento. Me estoy arreglando, o eso intento. Hacía ya más de media hora que había salido de la ducha, pero aún no estaba preparada. Mi pelo castaño caía sobre mi espalda en suaves y perfectas ondas. No sabía que ponerme, probablemente acabaría cogiendo un vestido corto de color negro o violeta. Abrí el armario, lleno de ropa y vacío a la vez, nada me convencía. Decidí buscar el vestido violeta, pero no estaba allí. ¡OH! Es verdad, se lo había dejado a Mina la semana pasada. Todo me indicaba que no saliera aquel viernes por la tarde, algo bastante raro en mi pero, estaba cansada y había trasnochado durante toda la semana. Me tumbé en la cama y cerrré los ojos.

Entré por la puerta de Crimson, al lado de Mina, mi mejor amiga, pero cuando me giré hacia ella ya no estaba, se habría ido con uno de sus ''pretendientes''. Bufé. No iba a salir de casa aquella noche, lo habíadecidido pero Mina vino a mi casa y me obligño a ponerme unos pantalones muy cortos y altos de cintura y una blusa blanca con unos tacones muy altos del mismo color que el pantalón, unos collares, anillos, un poco de maquillaje y lista, prácticamente me sacó a rastras de casa, algo raro en mi, pero la verdad era que tenía que vender algo de droga, debía dinero y me iba a meter en problemas si no lo hacía en los próximos cuatro días. Mina por su parte, ya había contribuido en este aspecto.
Me acerqué a la barra con andares firmes y mirando a todo el que había allí para ver si reconocía a alguno de mis clientes. Seguí caminando y cuando el camarero me vió me sonrió y me puso un cóctel especial que preparaba, el cual me encantaba. Mientras esperaba pude ver a mi lado a una chica que no había visto nunca por Abbotsford. Era muy guapa y atractiva, no llevaba a penas maquillaje y tenía un pelo largo y castaño envidiable. La miré de arriba a bajo y luego me giré hacia el camarero, que ya traía mi bebida, dando golpecitos con el tacón contra el suelo, a penas audibles por el gran ruido y volúmen de la mñusica.

No tardaron en servirme mi bebida, miré al camarero muy atractivo por cierto, le sonreí y él me devolvió la sonrisa con un guiño. Era moreno de ojos claros, delgado, no muy alto, pero era igualmente atractivo y muy guapo, me quede observándole un rato mientras seguía poniendo copas a los demás clientes, no demasiados para ser una noche de viernes; también debía de contar con que aquello era un pueblo pequeño, y habría poca gente de mi edad. Suspire, ¿y si había sido un error ir allí? ¿Moriría de aburrimiento?
Levanté el rostro y volví a mirar a mi moreno camarero, el cual se dirigía para servir otra copa para mi sorpresa muy cerca de donde yo estaba, giré más mi rostro y vi a la persona que le entregaba el vaso. Se trataba de una chica morena, de pelo oscuro, la analice con la mirada, tenía un buen cuerpo, era atractiva, me gustaba; sonreí, y en ese momento pensé que quizás estuviera esperando a su novio, o quizás a su novia, lo que me había pasado otras veces, menos pero aun así me había pasado.
Suspire de nuevo y empecé a mover mi dedo índice por el filo del vaso distraídamente, ¿y si me acercaba y le decía algo? al menos podríamos ser amigas, mientras no fuera una aburrida o mojigata recatada, tendríamos tema de conversación... todo no tendría que ser alcohol, droga y sexo, ¿no? Me mentía a mi misma, para mi un viernes por la noche sin eso, no era viernes por la noche.. sin más giré mi rostro y volví a mirar a la chica, que pasa mi sorpresa me estaba mirando también; entonces me anime, basta! ¿Desde cuando te piensas las cosas antes de actuar?
-Hola.. me llamo Ginevra, ¿ y tú?
Le dije sonriendo mientras acercaba mi banco al suyo y la miraba directamente a los ojos, los cuales me llamaron bastante la atención.